La sombra digital

viernes, 7 de agosto de 2015 por Kathrin Brekle

Mucha gente se mueve a diario a través de Internet de manera totalmente natural y sin inhibiciones, haciendo un uso intensivo de las muchas oportunidades que la World Wide Web tiene para ofrecer. Hoy en día está casi siempre disponible gracias a las posibilidades técnicas que evolucionan cada vez más rápidamente, y el número de dispositivos que se comunican constantemente con Internet también es cada vez mayor.

Pero no sólo los dispositivos, sino también aquellas actividades que se han convertido en algo habitual, hacen que el universo digital crezca rápidamente: mensajes de correo electrónico, mensajes de texto, archivos de vídeo, descarga de archivos MP3 de música, banca en línea, computación en la nube y finalmente la interacción a través de los medios sociales, implican que la cantidad de información que cada individuo consume y produce aumente rápidamente.

Las actividades digitales dejan huellas

Una vez que utilizamos los servicios en línea, dejamos huellas digitales. Y en relación con esto es importante distinguir entre huellas activas y pasivas. En muchos casos, los datos se recogen sin nuestro conocimiento y sin nuestro acuerdo y en contra de nuestra voluntad. A menudo, sin embargo, también ponemos voluntariamente nuestra información personal en manos de los proveedores de servicios digitales o compartimos voluntariamente datos personales a través de las redes sociales.

Hace ya algún tiempo, un estudio realizado por la firma de investigación de mercado IDC postulaba que el tamaño de la sombra digital de un solo ser humano es de 45 GB y pronosticaba un aumento en x veces del universo de información personal durante los próximos años.

Además de esto, tenemos que considerar que las posibilidades de funcionamiento en red que ofrecen los dispositivos a través del Internet de las Cosas, los cuales también contribuyen al crecimiento de la masa de datos. Cifras recientes de EMC muestran que el número de “cosas” que se han informatizado y están en red ya se está acercando a los 200 millones. Y aquí no sólo debemos pensar en aquella muy citada nevera que se llena de nuevo “digitalmente” por sí misma o en simples termostatos que controlan la temperatura con la cual nos sentimos más cómodos. Independientemente de si el Internet de las Cosas haya llegado a nuestras vidas diarias o no, el hecho es que con cada paso que damos, estamos produciendo datos que causan que nuestra sombra digital crezca más y más.

¿Qué significa esto para la seguridad de los datos?

Los departamentos de TI de organizaciones de todos los tamaños y sectores de actividad están involucrados de una manera u otra en muchos de los datos resultantes, y también son responsables de su almacenamiento, transmisión y distribución. Sin considerar sus deberes en lo que tiene que ver con las políticas y normas de privacidad de datos, ya sean internas o externas.

Para los administradores de TI, el hacer frente a la complejidad y a la rica diversidad de “Big Data” significa un reto cada vez mayor. Pero la gestión de datos no sólo es costosa para las empresas: los consumidores también deben prestar más atención a la utilización segura e inteligente de su propiedad privada digital.

¿Qué significa esto para el comportamiento individual de cada persona?

El primer paso para una mayor concientización digitale es comenzar por averiguar cómo y dónde hemos dejado nuestra huella digital. El uso de la página web Me and My Shadow de la organización Tactical Tech puede, por ejemplo, ayudarnos a obtener una comprensión básica acerca de esta situación y buscar consejos y sugerencias prácticas para una mejor gestión de nuestra propia protección de la privacidad. La página web Digitalshadow.com incluso va un paso más allá y ofrece la posibilidad, para quienes se sientan especialmente audaces, de diseñar un cálculo exacto de la sombra digital mediante un inicio de sesión, algo así como: “Accede a tu sombra digital y ve lo que nosotros vemos”.

Estas herramientas pueden ser útiles para crear conciencia sobre la necesidad de proteger tus datos personales, pero también hay medidas para preservar tu privacidad que puedes tomar de antemano.

Consejos y trucos para un mejor control de tu propia huella de datos: muestra sólo lo que quieres

1. Googléate a ti mismo

Este consejo puede parecer un poco extraño, pero – si nunca lo has hecho antes – podría abrirte los ojos.

2. Lee las Configuraciones de Privacidad y actúa en función de ellas.

Especialmente en el caso de las redes sociales como Facebook y Twitter, vale la pena estudiar específicamente la información sobre la privacidad y la protección de datos y actuar en consecuencia. Presta mucha atención a los cambios o actualizaciones realizadas a las Configuraciones de Privacidad.

3. Gestión de cuentas

Ten una visión general de todas las cuentas que hayas creado alguna vez. Elimina las que ya no son necesarias y no utilizas.

4. Presta mucha atención a lo que compartes

El consejo de publicar y compartir solamente lo menos posible seguramente no será una sugerencia muy valiosa para la mayoría de la gente... Recuerda, no obstante, que no debes revelar nunca nada que no está destinado a ser visto por todo el mundo. Ten especial cuidado con nombres de usuario, alias, contraseñas, nombres completos, números de teléfono, etc.

5. Gomas digitales

En muchos casos, hacer desaparecer tu pasado digital no es algo tan sencillo. Sin embargo, ya hay algunas herramientas para Twitter (por ejemplo tweetdelete) en el mercado, que te permiten eliminar tus tweets de forma automática después de un tiempo preestablecido.

Una autocensura con la herramienta Clear es ideal para los multi-taskers en las redes sociales y permite limpiar, además de Twitter y Facebook, también Instagram. Y esto de una manera particularmente inteligente: Clear identifica los mensajes con “contenido inapropiado” y “lenguaje negativo” de forma autónoma.

Conclusión

Incluso si aquí sólo hemos podido mostrar una pequeña parte de los efectos de la sombra digital y sus consecuencias, hay algo que está muy claro: cuando te mueves en Internet, no hay nada mejor que el sentido común. Saber qué es lo que realmente puede ser rastreado en lo relativo a la información personal y comercial ya es un buen comienzo para desmitificar la sombra digital y para comenzar a asumir personalmente tu propia responsabilidad digital.

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