Compartir información de forma segura – ¿qué compartes, con quién y por qué?

viernes, 4 de julio de 2014 por Antoine Valette

Para algunos, compartir datos no significa nada más que prestarle un USB con archivos o fotos a un amigo. Sin embargo, Internet ha incrementado la gama de posibilidades en las que se puede compartir información. Tenemos que ser conscientes de lo que hacemos: ¿qué compartes, con quién y por qué?

En teoría, cuando compartimos información a través de una red, elegimos quién la puede ver. Además, es necesario decidir dónde almacenar los archivos para facilitar el flujo de información según el tipo de archivo (por ejemplo, un video necesita una conexión más rápida), además de asegurarte de que tus archivos sean seguros y que tengan el nivel de acceso adecuado. Por lo tanto, primero hay que saber si lo que estás compartiendo son archivos simples, para lo cual se requiere un servidor de archivos, o si para acceder al archivo hay que utilizar un software que evalúe los datos, para lo cual se requiere un servidor de datos. Por ejemplo, cuando queremos ver un video, lo podemos descargar o bien transmitirlo en directo, que son funciones distintas. Descargando un video, no se puede ver hasta que el archivo se ha descargado completamente, mientras que transmitir un video es como ver un DVD: se puede parar, rebobinar o avanzar rápidamente.

¿Con quién compartes tu información? Diferenciamos primero entre contenido personal y profesional. En cuanto a los datos e información de carácter personal, nos referimos a aquellos contenidos que se comparten en las redes sociales. En este contexto familiar, está claro que no publicas todos los detalles de tu vida para que los vea todo el mundo. Para aquellos que quieren compartir gran cantidad de datos fácilmente y de manera confidencial tanto en casa como sólo con unas cuantas personas, una solución NAS de almacenamiento de acceso de red o un servidor de archivo en red les permite hacerlo sin una suscripción específica, excepto a través de Internet, claro, que veremos en otro post.

Para los profesionales, sin embargo, la cosa se complica bastante. Es imprescindible pensar no sólo en el tipo de datos y el software que lo gestiona, sino también los derechos de acceso, la ubicación y el tipo de terminal. Además, hay que considerar el nivel de seguridad empleado en transferir datos, el ancho de banda requerida según el tipo de archivo, el número de usuarios y su ubicación. Básicamente, los profesionales tienen que saber cuáles son las infraestructuras globales informáticas, de red y telecomunicaciones que van a utilizar.

En realidad, todos tenemos la necesidad de compartir información con otros, pero tenemos que pensar en qué condiciones lo hacemos.

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